Se llama exageració

En aquel momento comprendí desde dentro que iba a ser suya para siempre, aunque fuera de lejos aunque él no volviera a mirarme nunca mas…..y si esto es estar loca bendita sea la locura, bendito tus ojos que me miran aunque no me vean, bendita su mano en mi cintura, aunque no sea mas que un sueño, es la vida misma.

Cuando yo era una niña mi mama me decía “te quiero “, eran palabras, cuando iba a la escuela mis amigas me decían “te quiero” y eran otras palabras….pero la primera vez que me lo dijo él aquello ya no eran palabras: era una cosa viva que se abrazaba a las entrañas y hacia temblar las rodillas. Era como si fuera el primer dia del mundo y nunca se hubiera querido nadie antes que nosotros. Por la noche no podía dormir: “te quiero, te quiero, te quiero”…. Allí estaban esas palabras vivas revoloteándome en los oídos, en la almohada, en la sangre ¡Que importa ahora que no me mire si él me llena los ojos! ¡Si no hacen falta que nos quieran…..si basta querer para ser feliz…..feliz!

Pero es extraño...increíble, y sin embargo esa es la gran lección que he aprendido aquí, mí vida era simple y pobre pero no hacia falta mas, era mi talla, en el invierno la soledad habitaba en la pieza, era un frío limpio, tampoco había llamadas de amor, solo unos poemas cubiertos de polvo. Pero todo a medida y todo Mio: mi sencillez, mi soledad, mi frío y mis poemas.

Un día la muchacha sola fue sacada de su mundo y llevada a otro maravilloso, todo lo que no había tenido nunca se le dio allí de repente: un abrazo, una sonrisa una caminata, una siesta debajo del árbol, un amor de recién enamorados. Solo se trataba de una farsa pero ella no sabia medir se entrego demasiado, cuando decía “querido” no era una palabra recitada, era un grito que le venia de dentro y desde lejos, hasta cuando el falso enamorado la besaba le temblaban las gracias en los pulsos. Tanto duro ese sueño y aquí tienes el resultado: ahora ya se que mi soledad va a ser mas difícil y mis poemas con mas polvo y mi frío con mas frío….pero son mi única verdad y no quiero volver a soñar nunca con tal de no tener que despertar otra vez..Pero será el último día…muerta por dentro pero de pie como un árbol seco.

Hace poco estuve revisando viejos recuerdos y encontré esto en mi viejo libro de experiencias y me di cuenta que ahora cambié mi forma de pensar y de amar...